Son las 05:04 a.m. Por mi cabeza pasan centenares de los más variados pensamientos, desde las ganas de irme afuera a vivir hasta cosas tan simples como los trámites de los remedios. Seguramente el aplazo de análisis, para quien no me conoce, no sea más que un número. Sin embargo, tengo la sensación de estar tirado en el piso con la guardia baja recibiendo golpes por todos lados, como si alguien no quiciese que siga adelante con mi vida, mis estudios, etc.
De repente en estos días me dejo la psicologa bien parado pero volvi a tambalear y parecen los cimientos de un edificio público que tiemblan frente al primer golpe.
Concretamente nose que voy a hacer, seguramente lo que uno lleva adentro es como esas fuerzas que estudian los cientificos que no dependen de la distancia de los cuerpos. Tal vez valla donde valla, achique ó alarge distancias mi destino sea el mismo y mis recuerdos, mis dolores, mis enfermedades vallan conmigo como fuerzas que actuan sobre mi impulsandome a favor y a veces en contra.
Verdaderamente en este momento volveré, como siempre, a centrarme en el ring y con un juego de piernas aceptable, aguantar los golpes hasta que la campana suene para correr a la esquina y pensar si debo tirar la toalla y esperar la revancha ó, tal vez, seguir luchando esta misma pelea cuando la campana vuelva a indicar que de pie de vuelta debo estar y , nuevamente, aguantar.
De repente en estos días me dejo la psicologa bien parado pero volvi a tambalear y parecen los cimientos de un edificio público que tiemblan frente al primer golpe.
Concretamente nose que voy a hacer, seguramente lo que uno lleva adentro es como esas fuerzas que estudian los cientificos que no dependen de la distancia de los cuerpos. Tal vez valla donde valla, achique ó alarge distancias mi destino sea el mismo y mis recuerdos, mis dolores, mis enfermedades vallan conmigo como fuerzas que actuan sobre mi impulsandome a favor y a veces en contra.
Verdaderamente en este momento volveré, como siempre, a centrarme en el ring y con un juego de piernas aceptable, aguantar los golpes hasta que la campana suene para correr a la esquina y pensar si debo tirar la toalla y esperar la revancha ó, tal vez, seguir luchando esta misma pelea cuando la campana vuelva a indicar que de pie de vuelta debo estar y , nuevamente, aguantar.