Es de madrugada, me encuentro en el patio entre el viento que me acaricia el rostro y las estrellas brillando cubren el cielo todavia oscuro. Respiro profundo y cierro los ojos, dejandome llevar por mis recuerdos. Vienen a mi, cuando inhalo el aroma del pasto sobre el que estoy sentado imágenes de mi hermano, mi hermana y mi padre juntos en el campo juntando ramas para hacer la fogata que luego nos servirá para asar las carnes de nuestro almuerzo de domingo.
Recuerdo mi barrio, no por extrañarlo, sino por la nostalgia que me lleva de los pelos atraves de tantas cosas que pase. Sofia se cuela en mis recuerdos, entre los de mi barrio y los del colegio. Una parte de mi se olvida completamente de ella; su aroma, su aspecto, la suavidad de su piel, sus ojos oscuros y el flequillo hacia un costado que pasa por sobre su oreja. Pero los recuerdos de hechos vividos, son en la mente, como un polvorin. Estan ahi sin molestar pero basta con una pequeña chispa para explotar y destrozarte en añicos obligandote a volver a empezar, siempre de cero y siempre conciente de que la vida esta construida sobre nuestros recuerdos y experiencias, y es vivida atraves de ellos.
Es eso lo que nos da el presente que vivimos; sino nos desacemos de ellos siempre los necesesitaremos para vivir ahora y armar nuestro futuro.
Ellos se apoderan de nosotros y hacen que nuestros cimientos esten construidos sobre arena tragandonos un poco cada día.
Pero por que vivimos concientemente de ellos y no cambiamos?. Tal vez debamos saber que la realidad, presente y futura, que vivimos no es prometedora y tampoco nos depara un futuro, ni el menos pesimista de ellos.
Fuimos condenados desde el comienzo, al menos yo; tal vez por eso me agarre de los recuerdos como una persona se agarra de los juncos al hundirse en el lodo, porque de no estar ellos ahi, yo tampoco estaria aca.
Tal vez por eso haga de cada instante de la vida algo tan complejo.
Sólo sali afuera a mirar las estrellas mientras colgaba la toalla con la que me habia bañado.