11 julio, 2009

Oda al viejo

Me es y me fue siempre dificil asumirme. No logro, a pesar del tiempo, desligar el sufrimiento ,de mi transplante. No puedo concebir algo perpetuo e inmutable en mi vida y menos dos enfermedades. Seguramente por mi naturaleza

Lamentrablemente esto sucede en el fondo porque nunca aprendi a hacerme cargo de mi vida y mis responsabilidades; del transplante en adelante.

Pense que la vida iba a darme una segunda oportunidad, como vos me solias decir, pense que los medicamentos iban a ser menos residuales para poder vivir mejor, como vos me solias contar cuando estaba en el secundario y los efectos de la medicación rebalsaban por todos lados dejandome totalmente expuesto a la burla y a la discriminación.

No sabia como era la vida alla afuera, que todo iba a ser tan dificil. Que para mi no habia trabajo ni oportunidades de exito. No sabia que estudiar en la universidad se tornaria imposible con la nueva enfermedad que me habian encontrado. Que en mejor momento ese, cuando empezaba a estudiar para decirme que tenia epilepsia.

Recién hoy, poco a poco logro comprender mi vida en su totalidad y hacerme y ser responsable de ella. Es ella la que se deteriora cuando estoy mal, cuando estoy sólo, cuando no hablo, cuando me siento resentido contra vos y mamá por lo que me dieron. Me dieron lo que puedieron y más de lo que me merecia, me dieron su vida, su vida a mi lado. Con ella he dialogado más, la he abrazado más y me he mostrado más como soy. Es una madre despues de todo.

Pero vos, vos me diste el riñón, vos me diste la vida que tengo. Nada de lo bueno que tengo hoy hubiese sido posible sino me hubieses donado el riñón. Y aunque existencialmente padezca más de lo que corresponde, siempre supe que fui ,y soy afortunado. Porque todavia estoy de pie y luchando; y lucho por mama, por mi, por vos.

De a poco la madurez me fue permitiendo comprender que no son lo único por lo que tengo que estar vivo, pero son, seguro lo segundo. Debo estar vivo por mi, para disfrutar todo lo que todavia puedo hacer, y cada día puedo hacer más y más cosas porque aquello que nos incapacita, a mi y a cualquier discapacitado y a cualquier persona, es no creer en uno mismo.

Hoy gracias a ustedes, a mis hermanos y a mis esfuerzos, vivo sólo. Trabajo y me mantengo sólo, sigo cuidándome. Como debi hacerlo siempre: solo.

Gracias viejo, gracias por el riñón, nunca lo dije y van 15 años. Yo se que en los hechos demostre mi gratitud, pero no es lo mismo que decirlo; ni siquiera esto es lo mismo que decirlo cara a cara. Tal vez el tiempo me de valor para decirtelo, cuando tenga valor para enfrentar el futuro como corresponde. Hoy con orgullo puedo decir que tengo mi pasado en orden y mi presente asumido.

Gracias pa; hasta la muerte voy a luchar. Y este rechazo crónico no me va a vencer. Te quiero.

Hernán López Pardo